Mi nombre es Carmen.

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En el proceso de mi divorcio y el descubrimiento de un tumor cerebral, una pareja de la iglesia Ede se acercó a mí. Nuestros hijos estaban en el mismo equipo de fútbol y vieron que estaba muy deprimido. Creía en Dios y tenía antecedentes religiosos, pero no hice mucho con eso.

Antes de ir a la iglesia, me operaron de un tumor cerebral. Tuve que permanecer despierto durante la cirugía. En el momento en que fui al quirófano, sentí la protección de Dios como una cálida manta a mi alrededor. Después de una operación exitosa, fui a la iglesia con la pareja y Dios me tocó. Inmediatamente me sentí como en casa, me convertí y comencé a ir a la iglesia desde ese momento.  

Después de 3,5 años, el tumor comenzó a crecer. Recibí quimioterapia y radiación. Al mismo tiempo, fui muy firme en mi relación con Dios. Él me había protegido antes y lo volverá a hacer. Después de los tratamientos de radiación quedé con discapacidad visual, es una complicación poco común. Los médicos no pueden decir cómo terminará porque es muy raro, pero Dios me sanará. ¡Estoy convencido de eso! Su esperanza, fuerza y confianza me da todos los días. Creo en los milagros y que mi curación llegará a muchas personas a mi alrededor.  

Después de mi conversión, Dios me cambió, ya no estoy deprimido ni amargado por mi pasado. Me siento apoyado por su esperanza, amor y fuerza. Me ha dado una nueva familia que me anima y apoya.  

El mejor regalo que puedes recibir es que tienes a Dios en tu vida.

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